EL CAIRO.- Un organismo clave que asesora a la Liga Arabe llamó ayer a la retirada inmediata de Siria de sus observadores internacionales, con el argumento de que estarían encubriendo al régimen de Bashir al-Assad, que continúa llevando a cabo una feroz represión contra los opositores.
La Liga Arabe envió el martes pasado un pequeño grupo de observadores a Siria para comprobar si el presidente Al-Assad está cumpliendo su promesa de poner fin a la violencia contra las revueltas opositoras iniciadas hace nueve meses. Ayer, el Parlamento Arabe denunció que la misión internacional está permitiendo a Damasco cubrir su violencia y abusos continuos.
Varios grupos de derechos humanos reportaron nuevas muertes de manifestantes en diversos enfrentamientos y decenas de miles de personas tomaron las calles para expresar su descontento con la delegación.
El kuwaití que encabeza el Parlamento Arabe, Alí Salem al-Deqbasi, dijo que la presencia de los observadores sirvió sólo como distracción de las "flagrantes violaciones" cometidas por el régimen de Al-Assad.
"El asesinato de niños y la violación de las leyes de derechos humanos están sucediendo en presencia de los monitores de la Liga Arabe, causando la furia de los pueblos árabes -añadió-. La misión de la Liga Arabe no ha conseguido su objetivo de frenar el asesinato de niños y asegurar la retirada de los soldados de las calles, dando al régimen sirio una cobertura para cometer actos inhumanos bajo las narices de los observadores de la Liga Arabe.''
Por este motivo, el Parlamento Arabe pidió al secretario general de la Liga Arabe, Nabil Elaraby, que organice una reunión de ministros de Relaciones Exteriores árabes para tomar la decisión de retirar inmediatamente la misión.
De acuerdo con activistas, más de 150 personas fueron asesinadas en todo el país desde que los observadores iniciaron su misión de un mes, el martes pasado.
El plan de la Liga Arabe demanda que el gobierno retire sus fuerzas de seguridad y sus armas pesadas de las calles, inicie conversaciones con la oposición y permita el ingreso de periodistas y trabajadores de derechos humanos al país. Pide, además, la libertad de los presos políticos.
Por su parte, las autoridades sirias acusan a las potencias extranjeras de armar y financiar a "terroristas" en su país y dicen que 2000 soldados del gobierno y de la policía fueron asesinados desde que comenzó la revuelta.
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