DAMASCO — Tanques del ejército sirio rodeaban estel miércoles varias ciudades del país donde se han realizado protestas, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU llegó a un acuerdo para condenar al régimen del presidente del país, Bashar al-Asad.
Manifestación contra el régimen del presidente sirio, Bashar Al-Asad, en Ankara. (AFP, Adem Altan
En Nueva York, los embajadores que integran el Consejo de Seguridad de la ONU acordaron este miércoles un texto para condenar al Gobierno de Siria por la violenta represión contra los opositores.
El texto, que se espera sea votado este mismo miércoles, "condena las extensas violaciones de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles por las autoridades sirias", según una copia obtenida por AFP.
La declaración quitaría referencias a una investigación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la represión del Gobierno desde marzo, en la cual se cree que han muerto más de 1.400 personas.
El texto llama "a las autoridades sirias a respetar totalmente los derechos humanos y cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional aplicable. Aquellos responsables de la violencia deberían ser responsabilizados".
El Consejo también "toma nota" de las promesas de reforma del presidente Bashar Al Asad, al tiempo que "lamenta la falta de progreso en su implementación, y llama al gobierno sirio a cumplir sus compromisos".
Tras los cambios, Rusia levantó sus objeciones. El enviado ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, dijo que la nueva versión era "equilibrada".
El Consejo de Seguridad de la ONU había fracasado el martes por la noche por segundo día consecutivo en llegar a un acuerdo sobre una posición común en torno a la represión en Siria, lo que finalmente se desbloqueó este miércoles.
Rusia y China, dos de los cinco miembros permanentes del Consejo de seguridad, habían amenazado con bloquear la resolución, mientras Brasil, India y Africa del Sur habían indicado que estaban contra una resolución o declaración.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al referirse a los sangrientos actos de violencia, dijo que Bashar al Asad "perdió toda humanidad".
Al mismo tiempo, Rami Abdel Rahman, presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), ONG instalada en Gran Bretaña, afirmó que "hay un centenar de tanques y transportes de tropas en la carretera que conduce al centro de Hama (centro) a unos 200 km de Deir Ezzor (este)".
Precisó que todas las comunicaciones telefónicas y el internet fueron cortados en Hama y su región.
Dos personas murieron el martes por la noche cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra manifestantes en la ciudad de Raqqa (norte) y una tercera en la ciudad costera de Jableh, agregó.
Varias explosiones fueron escuchadas en la ciudad de Hama y varios barrios son bombardeados.
"Según lo que se escucha, es una verdadera guerra", dijo un militante que pidió el anonimato.
Estas informaciones no pudieron ser verificadas de fuente independiente, pues la prensa internacional no puede desplazarse a Siria.
La situación parece particularmente crítica en Hama, donde el ejército y las fuerzas de seguridad lanzaron el domingo una vasta ofensiva, matando más de un centenar de manifestantes.
Hama, ciudad rebelde situada 210 km al norte de Damasco, fue escenario de enormes manifestaciones contra el poder en las últimas semanas.
Esta ciudad ya era un símbolo de la lucha contra el régimen desde la represión en 1982 de una revuelta de los Hermanos musulmanes, que causó 20.000 muertos.
La agencia oficial siria Sana acusa a "bandas terroristas armadas" de sembrar el desorden en la ciudad y aterrorizar a los habitantes, justificando la intervención de las fuerzas del orden y del ejército para poner fin a sus actuaciones.
Los militantes de derechos humanos afirman por su lado que las autoridades llevan a cabo una feroz represión contra manifestantes desarmados.
"Presionamos a los ciudadanos para que no tengan en cuenta los rumores y confirmamos que el ejército trabaja para restablecer el orden en las ciudades donde actúan esos grupos", indicó Sana.
La televisión oficial siria difundió imágenes de cuerpos lanzados desde un puente a un río, y afirman que se trata de miembros de las fuerzas de seguridad que fueron ultimados por manifestantes anti régimen.
Militantes de los derechos humanos rechazaron esta versión e indicaron que se trata de cuerpos de manifestantes matados por el ejército.
Desde el inicio de las protestas el 15 de marzo, más de 1.600 civiles murieron, según la OSDH. Cerca de 3.000 personas se han dado por desaparecidas y 12.000 encarceladas en cuatro meses y medio de revuelta, según las ONG.